sábado, 27 de abril de 2013

MI BARQUITO DE PAPEL (I).



Mi Barquito de Papel (I)






Cada barquito de papel que hoy haga 
va a recordarme todos aquellos que 
hacíamos con papá.





Los días de lluvia eran los favoritos, 
 ya que cerca del cordón de la vereda de mi casa 
corría bastante fuerte el agua, agua que como un remolino
era tragada por la boca de tormento que estaba en la esquina de la cuadra, hacia la derecha de casa.





¡Qué emoción! Al lado de papá,
en el cordón de la vereda -que era alto-,
allí estábamos juntos
 colocando nuestros barquitos  -uno a uno- 
con cuidado en el agua.
 Sí, primero uno y luego, después de seguir con la vista el recorrido del que ya estaba navegando, poníamos el otro.   Uy! que desilusión si se tumbaba,
nos mirábamos y con una sonrisa compartida 
rapidito poníamos otro.






Cada barquito navegaba altivo sin saber que 
un monstruo de enorme boca
se lo tragaría o bien
la corriente lo lanzaría dando vueltas
sin rumbo y medio destrozado
hacia otro lado.



 Y así... entre 
Sol y Luna, 
Luna y Sol,
navegaban por el agua 
que corría cercana al cordón.



 



¡Gracias Papá!
                         Tu hija Elena.
                   

2 comentarios:

  1. Esos recuerdos son maravillosos y si los cuentas pasaran de generación en generación y al escucharlos sentirán la misma emoción que he sentido yo hoy al leerte. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ana! Me alegra leer tus palabras y saber así, que puedo compartir mi emoción
    para que siga vivindo a través de otros. Elena.

    ResponderEliminar